Este nuevo modo de transporte consiste en cápsulas que viajan por tubos de metro y medio de diámetro mediante levitación magnética, evitando la fricción.
Como ventajas del proyecto se apuntan la seguridad, la rapidez (más que los aviones), el menor ruido, el menor consumo de energía y que se alimenta únicamente de electricidad (que se podría ser de origen renovable).
Para el funcionamiento se extrae el aire de los tubos y motores eléctricos impulsan y aceleran las cápsulas, que luego debido al vacío de la instalación apenas necesitan electricidad para mantener la velocidad.
La mayor parte de la energía se puede aprovechar de nuevo al reducir la velocidad.
Los cálculos de rendimiento energético, de los promotores de la idea, indican que este tipo de transporte puede ser cincuenta veces más eficiente que los coches eléctricos o los trenes.
Los prototipos iniciales alcanzarán una velocidad de 600 kilómetros por hora, siendo la velocidad teórica máxima de unos 6.500 kilómetros por hora.
El sistema es automático y no necesita de conductor.
Cada cápsula pesa 183 kilogramos y puede transportar hasta seis personas.
Los costes de fabricación, estimados por los promotores de la idea, son una décima parte del coste de una línea de alta velocidad y una cuarta parte de una autopista.
En este vídeo puede ver una presentación del proyecto.
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